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Una encuesta del Observatorio RACE de Conductores revela que, aunque el 74% de los automovilistas están familiarizados con los Sistemas de Ayuda a la Conducción (ADAS), un 34% reconoce no saber cuáles son los elementos que, por ley, deben incluir los vehículos actuales.

El informe también refleja que la penetración real de estas tecnologías es limitada: solo un 40% de los coches de los encuestados dispone de ADAS de nivel 2 o superior. Esta cifra está directamente relacionada con la antigüedad del parque automovilístico español, uno de los más envejecidos de Europa.

A pesar de este contexto, hay predisposición al cambio: la mitad de los conductores estaría dispuesta a pagar más por incorporar sistemas adicionales, siempre que su implementación tenga como prioridad la seguridad vial, algo que el 84% considera fundamental, por encima de otras ventajas como la comodidad o la eficiencia energética.

Conducción autónoma

Respecto a la conducción autónoma, la sociedad se muestra dividida. Un 47% de los encuestados se declara dispuesto a utilizar vehículos autónomos, mientras que un 52% se muestra escéptico o reticente.

En cuanto a las soluciones de conectividad en los vehículos, el 78% considera que mejoran la seguridad en carretera y el 76% cree que son clave para optimizar el tráfico y la movilidad urbana. Sin embargo, un 65% expresa desconfianza en que la legislación actual garantice la protección de sus datos personales frente a los avances tecnológicos del sector.

El estudio también apunta a dos grandes desafíos para la conducción autónoma: la necesidad de adaptar infraestructuras (señalización, redes 5G, mantenimiento viario), señalada por el 40% de los encuestados, y la urgencia de establecer un marco regulador claro y uniforme, aspecto que preocupa a uno de cada cinco conductores.

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