Fraude en el seguro de Automóviles: riesgo creciente, impacto directo
El fraude en el seguro de Automóviles representa una de las amenazas más significativas para la sostenibilidad del sector asegurador. Sus consecuencias no solo afectan a la rentabilidad de las compañías, sino que impactan directamente en el bolsillo de los asegurados, que ven reflejado su efecto en el encarecimiento de las primas.
Las prácticas fraudulentas generan pérdidas millonarias cada año. De hecho, se estima que el fraude puede representar hasta un 10% del coste total de las indemnizaciones pagadas por las aseguradoras, lo que obliga a ajustar los precios de las pólizas para equilibrar los riesgos.
Actualmente, las compañías nos enfrentamos a una creciente sofisticación de las tipologías de fraude. Entre las más comunes se encuentran la falsificación documental, la manipulación de imágenes o vídeos para simular siniestros, los accidentes premeditados —como colisiones orquestadas—, la exageración de daños reales, la contratación de seguros una vez ocurrido el accidente para reclamar daños preexistentes, la presentación de reclamaciones múltiples por un mismo siniestro o la simulación de robos con el objetivo de percibir una indemnización.
Cuando los siniestros fraudulentos proliferan, las aseguradoras nos vemos obligadas a reforzar nuestros mecanismos de control, endurecer las condiciones de suscripción y, en algunos casos, revisar coberturas con el fin de mitigar el impacto económico. Esta necesidad puede terminar afectando a los asegurados honestos, quienes ven penalizada su buena praxis por el comportamiento poco ético de una minoría.
Para contrarrestar esta tendencia, resulta imprescindible desplegar estrategias eficaces de detección y prevención. Entre las más relevantes destacan el uso del análisis de datos para identificar patrones de comportamiento sospechosos, la aplicación de inteligencia artificial para detectar manipulaciones en imágenes y vídeos presentados en siniestros, y la colaboración activa entre aseguradoras, organismos reguladores y cuerpos de seguridad para desarticular redes organizadas de fraude, colaboración que es clave en la lucha contra las conductas ilícitas.
El impacto del fraude no recae solo en las compañías, sino en toda la cartera de clientes. Combatirlo y reducirlo no solo protege la salud financiera del sector, también nos permite ofrecer productos más accesibles, competitivos y ajustados a cada conductor, garantizando primas justas y accesibles, y reforzando la confianza de nuestros clientes.
En un entorno cada vez más digital, el reto no es solo identificar el fraude, sino anticiparlo.
En Divina Seguros, apostamos por la innovación tecnológica y la transparencia como pilares estratégicos para proteger a nuestros asegurados.
Lo tenemos claro: la ética también se asegura.
Artículo de Arantxa Crespo, directora de Automóviles de Divina Seguros.